La plataforma «Jarrio ¡Salvemos nuestro hospital!» reivindica que se subsanen los problemas que afectan al centro sanitario. La lista de quejas es amplia y la visita la semana pasada de la consejera de Salud de Asturias no sirvió para apaciguar los ánimos, más bien todo lo contrario. El portavoz Carlos López Fernández explica cuál es la percepción que tienen de la evolución del Hospital de Jarrio.
–¿Cuáles cree que son las necesidades más urgentes del Hospital de Jarrio?
–Sin duda, reducir de forma urgente la lista de espera por una primera consulta, la más elevada de Asturias con 125 días de media; en especial, en algunas especialidades como Urología, Neurología, Dermatología, Cirugía General u Oftalmología, que llegan a alcanzar los 5-6 meses y superan ampliamente el tiempo máximo de espera contemplado por ley de 60 días. A esto se llegaría completando la plantilla de especialistas del hospital y aportando estabilidad a los profesionales. Ahora mismo estamos instalados en la improvisación y en la dotación temporal y esporádica de médicos de forma forzada desde otros hospitales. El hospital tiene problemas graves en las listas de espera por pruebas diagnósticas ordinarias como ecografías y colonoscopia, en las que también lideramos la espera en Asturias.
–Habla de un número decreciente de consultas. ¿A qué lo achaca?
–Se dice que dato calla a relato. En el año 2019, según los datos del SESPA, en Jarrio se pasaron 69.878 consultas; en 2024 han sido 56.973 consultas. Es decir, 13.000 consultas menos. Nosotros percibimos un evidente enfriamiento del hospital, seguramente intencionado por parte de la actual consejera de Salud, Concepción Saavedra. Con ella siendo gerente del SESPA comenzó el declive del hospital, que actualmente se encuentra en el peor momento de su historia. En Jarrio hay un gravísimo problema de gestión, tal y como los datos evidencian, tal y como todos los vecinos de la comarca sufren.
–¿Qué opina de los plazos de espera del Hospital de Jarrio?
–Estar a la cabeza de Asturias en espera por una primera consulta, por la realización de ecografías o colonoscopias o por una intervención quirúrgica evidencia que las cosas están muy mal en el hospital. La actividad asistencial no para de caer y las listas, por el contrario, de crecer. Es evidente el grave problema de gestión que hay en el hospital, que ya está trasladándose también a consultorios y centro de salud: Figueras y San Tirso son ejemplo de ello.
–¿Qué especialidades están desbordadas?
–Especialmente crítica es la espera en Dermatología, Oftalmología, Urología y Neurología, si bien la tendencia tampoco es positiva en otros servicios. Por ejemplo, hemos estado sin dermatólogo durante un año. Tampoco hay urólogos y no se les espera. En Oftalmología hay problemas de personal y la evolución de Neurología es negativa.
–¿Qué supone la carencia de pediatras de la que hablan en atención primaria?
–Los centros de salud de Vegadeo, Tapia-La Caridad y Navia carecen de pediatra desde hace meses, faltan 3 de 5 pediatras en Atención Primaria. Eso obliga a desplazar a los facultativos del hospital a los centros de salud, a los que tampoco pueden ir a diario, decayendo la actividad hospitalaria. En el hospital también hay un pediatra de baja, lo que complica la situación de los que están en activo, que están sobresaturados de trabajo desde hace mucho tiempo. Se ha anunciado que vienen 2 pediatras, pero parece ser que la realidad no será esa y solo vendrá uno para Navia.
–¿Ha vivido algún proceso en el que su consulta haya sido anulada?
–¿Qué paciente del occidente no ha visto retrasada o anulada su consulta? Todo el mundo tiene en su casa cartas de anulación o ha recibido alguna llamada en el mismo sentido. Cuando se retrasa o anula una consulta, el paciente y su familia sufre ante la incertidumbre de la falta de diagnóstico o de cómo evolucionará su patología hasta que llegue la ansiada consulta, prueba u operación. ¿Cuántos pacientes se han ido esperando un diagnóstico? ¿Cuánto han empeorado numerosas patologías tras meses de espera? ¿Cuánto ha avanzado ese tumor que no ha sido aún operado?
–¿Qué le pareció la visita de la consejera de Salud de la semana pasada en la que habló del centro?
–La consejera, tras años negando problemas en Jarrio, ha venido a pedir más tiempo y a prometer lo mismo que lleva haciendo casi una década; el mismo tiempo durante el que ha incumplido todo lo que ha dicho. La palabra de la consejera carece de valor alguno. Concepción Saavedra es la responsable máxima del declive de Jarrio. En consecuencia, no puede formar parte de la solución. Durante su visita, que más que una charla fue un acto político, no dudó en faltar a la verdad reiteradamente para tratar de ocultar la realidad del hospital. Tanto como sus mentiras, lamento la presencia masiva de alcaldes de la comarca. ¿Dónde estaban cuando había que estar al lado de los vecinos en sus reivindicaciones? ¿Por qué han estado mirado hacia otro lado y negando la realidad todos estos años? Yo pensaba que los alcaldes se debían a sus vecinos y no a su partido.
–¿Se han sentido atacados por la consejera?
–A nosotros solo nos preocupa que los vecinos del occidente reciban una asistencia sanitaria digna. Sí lamentamos que jamás se haya dignado a recibirnos (tras numerosas solicitudes formales desde 2020 y entregarle más de 11.000 firmas de vecinos de la comarca), cuando somos el único colectivo centrado en la sanidad de la comarca y con una sólida trayectoria desde hace más de 6 años. A nuestro juicio, más que a atacarnos, la consejera debería de centrarse en solucionar los problemas de Jarrio y no en tratar de ocultarlos.
–¿Les han dado alguna solución a los problemas que denuncian?
–Los datos, terriblemente negativos, de listas de espera demuestra que las soluciones no solo no llegan, sino que cada día se agravan. La consejera va dando palos de ciego y no tiene un plan para Jarrio. No se ponen sobre la mesa ni los recursos ni las acciones necesarias para garantizar la presencia de especialistas y la mejora de la gestión de nuestra área sanitaria. Me reitero, quien crea el problema difícilmente puede formar parte de la solución.
–Hablan de mucha ausencia de especialistas, ¿en qué afecta este hecho al servicio de Urgencias?
–Le pongo dos ejemplos. Que no haya urólogos, por ejemplo, obliga a derivar las urgencias de esta especialidad al hospital de Avilés. La falta de oftalmólogos también obliga a derivar al HUCA las urgencias que requieren la presencia de este especialista. No recibimos, en lo que ha especialistas se refiere, la misma atención en Jarrio que la que reciben en Oviedo cuando se acude a urgencias.
–¿Qué me puede contar sobre el proceso para realizar analíticas o pruebas diagnósticas?
–Un paciente del occidente espera 114 días por una colonoscopia, el triple que lo que espera cualquier otro asturiano. Por una ecografía esperamos tres meses de media, a la cabeza de espera en Asturias. Jarrio no va bien ni en espera por consultas ni en pruebas diagnósticas ni en espera por operaciones. Así lo evidencian los datos del SESPA.
–¿Qué sentimiento perciben en el personal del centro?
–Jarrio cuenta con una excepcional, con una magnífica plantilla de personal sanitario y no sanitario que suple con mucho las gravísimas carencias de gestión. El problema es que los profesionales están saturados de trabajo y sufren, al igual que los pacientes, las consecuencias de la mala gestión que realiza la consejera de Salud del gobierno de Asturias. Profesionales del hospital y pacientes van de la mano en la lucha por el hospital de Jarrio, que, sin duda alguna, es lo más importante para todos los vecinos del noroccidente, lo que nos permite seguir viviendo en nuestra tierra.