En el lugar de Prada, en el municipio de Xove, se encuentra Luzada Skylight Bubbles, el único alojamiento turístico de burbujas en A Mariña y el Occidente asturiano. Ofrece una experiencia singular para descansar en plena naturaleza, entre árboles, cielo y cerca del mar, en cualquier estación del año.
El complejo abrió al público en octubre de 2022 y fue impulsado por Manuel Otero y Jimena González, que regresaron de Madrid tras la pandemia para apostar por un cambio de vida. La idea surgió tiempo atrás, inspirada por un proyecto similar que Manuel viera en marcha. «Sempre tiven na mente montar algo no terreo dos meus avós pola parte de nai», recuerda. Las obras comenzaron en 2020. «Daquela eu tiña 28 anos e Jimena, 25».
Hoy son ellos quienes gestionan directamente las tres burbujas del resort, con el apoyo de empresas locales para ofrecer desayunos, cenas y otros servicios complementarios: «Facemos todo nós, apoiándonos en xente da zona como a panadaría Maral de Xove ou o restaurante Boavista de Viveiro». Jimena se encarga del día a día y la atención al cliente, mientras Manuel asume la parte técnica, de marca y desarrollo.

Cada burbuja está equipada con cama King Size con dosel, bañera de hidromasaje exterior, climatización, baño privado, jardín, minibar, telescopio y conexión wifi. El desayuno se sirve en la propia parcela. Desde la cama o la bañera se puede ver el cielo y el paisaje, incluso en los días de lluvia o viento. «A xente anímase a vir independentemente do tempo que faga», señala Manuel.
Luzada está preparada para todo tipo de condiciones meteorológicas. Las estructuras son aerodinámicas y se toman medidas preventivas también en los elementos del entorno, como cierres o vegetación. El complejo cuenta con placas solares, baterías y un grupo electrógeno que garantizan el suministro incluso durante cortes de luz. «Temos respaldo eléctrico para garantir o confort do cliente», explica Manuel. El sistema permite que el alojamiento funcione prácticamente sin depender de la red eléctrica externa.
La meteorología, lejos de ser un obstáculo, forma parte de la experiencia. Una puesta de sol en verano, una noche estrellada de invierno o una tormenta eléctrica vista desde dentro de la burbuja ofrecen vivencias muy diferentes. «Cada vez que vés podes ter unha experiencia distinta», asegura. Hay clientes que repiten en varias estaciones del año para sentir ese contraste.
El público que llega a Luzada es muy variado, aunque la franja más habitual está entre los 30 y los 55 años. Muchos llegan para celebrar aniversarios o sorprender a su pareja; otros acuden por la experiencia en sí y la posibilidad de desconectar en plena naturaleza. También hay quienes lo reciben como regalo de jubilación. Las reservas suelen realizarse con tres meses de antelación, y los fines de semana y festivos están habitualmente completos. En los últimos meses han logrado aumentar la ocupación entre semana en invierno: «É importante para manter a actividade todo o ano», precisa.

Desde su apertura, Luzada ha ido evolucionando con paso firme. Incorporaron mejoras técnicas, como la optimización de la climatización, e implantaron un sistema fotovoltaico y de almacenamiento con baterías, con una producción en placas solares de 37 kW y 110 kWh de almacenamiento. Tanto el agua caliente sanitaria como la climatización se genera de forma eléctrica. «Vimos que tiñamos que seguir ese camiño e aproveitar o noso concepto de coidar o rural e o entorno».
El proyecto cuenta con el Distintivo de Compromiso de Calidad Turística y ha sido reconocido entre los cinco mejores glampings de España en alguna plataforma. «As mellores valoracións son as que nos deixan os propios clientes», destaca Manuel.
Actualmente trabajan en una nueva fase. Están desarrollando un concepto de alojamiento exclusivo que no existe en ningún otro lugar y elaborando el plan general del complejo sobre una finca de 40.000 metros cuadrados, donde también se encuentra la antigua casa gallega familiar. «Estamos organizando os terreos e os espazos coa posible idea de executar por fases proxectos futuros segundo vexamos como se desenvolve todo». El objetivo, dice, es seguir ampliando sin perder la esencia: ofrecer una experiencia distinta, íntima, conectada con la naturaleza y con sus raíces.