Opinión

La excusa del banco

pago con tarjeta o pago en metálico
photo_camera Fotografía: Freepik.
A pesar de las recomendaciones de las administraciones a favor del uso de tarjetas por razones de seguridad y transparencia fiscal, algunos establecimientos insisten en pagos en efectivo, planteando cuestionamientos sobre la integridad y la transparencia en ciertos sectores.

En los últimos tiempos, resulta cada vez más común encontrarse con negocios que, de manera sorprendente, se resisten a aceptar pagos con tarjeta. Partimos de la base de que es legal, ya que cada establecimiento puede escoger libremente el modo de pago que acepta, con la condición de anunciarlo por escrito en una zona visible para que el cliente se informe. Si bien es una práctica que abarca diversos sectores, es en el ámbito sanitario privado donde esta tendencia parece haber encontrado un terreno fértil. 

Ginecólogos, podólogos, dentistas y otras especialidades no solo exigen, sino que insisten en que los clientes realicen sus pagos en metálico, una situación que plantea interrogantes sobre las verdaderas razones detrás de esta preferencia. Lo curioso es que las cantidades involucradas tampoco son desdeñables, ya que los pagos en efectivo superan frecuentemente los 100 euros, generando dudas sobre la transparencia de estas transacciones. 

¿En dónde quedaron las recomendaciones de las administraciones?  A raíz del COVID insistían a la población a pagar con tarjeta para evitar el ‘manoseo’ de dinero, además, a Hacienda le ‘beneficiaba’ que las operaciones quedasen reflejadas y evitar la economía sumergida. A esto se le suman varios componentes, como la seguridad, cada vez más gente prefiere utilizar el pago con tarjeta para evitar andar por la calle con grandes cantidades de dinero. 

Resulta curioso que, a menudo, se señale con el dedo acusador al sector hostelero por sus reticencias al uso de tarjetas, mientras que otras profesiones parecen pasar desapercibidas ante esta práctica. El cliente insatisfecho en hostelería comenta frecuentemente en aplicaciones o apartados de Google sobre los establecimientos, dando a conocer su opinión y recalcando detalles con los que no están de acuerdo, como “no se admite pago con tarjeta”. En el contexto sanitario esto parece no existir...

Los detractores de los pagos con tarjeta suelen recurrir a la excusa del terminal de punto de venta (TPV) del banco, alegando problemas técnicos o costes asociados. Sin embargo, surge la pregunta inevitable: ¿se trata realmente de obstáculos logísticos o podría estar el blanqueo de dinero como trasfondo?

Esta práctica no se limita únicamente al ámbito sanitario; otros sectores, como las peluquerías, también muestran una creciente reticencia a aceptar pagos con tarjeta. ¿A qué se debe esta resistencia al cambio? ¿Es simplemente una preferencia arraigada en la tradición o existe una motivación más profunda? En última instancia, la negativa a adoptar los pagos electrónicos plantea interrogantes sobre la integridad y la transparencia de ciertos sectores.

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