El consistorio tiene proyectadas obras por más de seis millones de euros para mejorar la red de abastecimiento y construir la potabilizadora, y licitará «próximamente» el nuevo contrato del servicio de agua
En el asunto del agua del río Negro de Luarca (resumiendo: a veces sale marrón) hay dos aspectos que diferenciar. Dos causas. Por un lado, una «coloración anómala» en el agua, apta para el consumo, es fruto de la combinación de óxido de hierro con restos orgánicos vegetales, según indican los estudios. Por otro, cuando salía marrón y no era apta para el consumo se debía a la turbidez, a que arrastraba barro, por ejemplo, después de intensas lluvias.
La diferenciación es importante por lo que atañe a la salud pública, que nunca ha estado en juego en Valdés. Así lo reiteró, este viernes, el regidor, Óscar Pérez, en una rueda de prensa que siguió a otra de protesta del Partido Popular. «Nosotros siempre vamos a dar información fidedigna. En todo momento, el agua se mantuvo dentro de los parámetros fijados por Salud Pública. Si algo se saliera de ellos, un minuto después el Ayuntamiento hubiese puesto un bando. Como ocurrió, en alguna ocasión, con la turbidez por el arrastre de barro», incide Pérez.
«En este mismo instante se trabaja para que, en junio, seamos capaces de colocar unos filtros que capturen estos nuevos materiales encontrados ahora», añade el alcalde, que sigue de cerca las labores para «determinar la cantidad exacta de mineral y vegetal y ajustar dichos filtros para que sean lo más eficientes posible».
Las explicaciones del gobierno local contentaron «al grupo ciudadano en defensa de una agua digna en Valdés», que se concentró el pasado 3 de mayo. En un comunicado difundido este miércoles 21, anunciaron la suspensión «de las acciones previstas tras valorar la respuesta del equipo de gobierno municipal, que consideramos un paso en la buena dirección». Reconocieron que, «por fin, se están tomando cartas en el asunto: informando a la población, publicando los análisis oficiales del agua y reconociendo públicamente la importancia del problema».
La oposición popular y también la edil de Foro respaldaron, inicialmente, al grupo ciudadano. Sin embargo, los detalles que aporta el gobierno local no bastan al PP, que presume informes propios y que reunió a varios de sus diputados, esta mañana, en Luarca. «Hoy, los vecinos de Luarca siguen encontrándose con sedimentos de hierro en el agua. Si la estación de tratamiento de agua potable estuviera hecha, esta situación no se estaría produciendo», lamentó la portavoz municipal, María Bueno.

Al margen de la coloración del agua por la presencia del óxido ―«en el grifo se vuelve casi imperceptible», destaca Pérez―, en Luarca existe, desde hace décadas, un problema con la turbidez. Y así explica el ejecutivo local sus planes en marcha para hacerle frente: «Hay cinco millones de euros para que el agua tratada en planta llegue desde el embalse de Arbón a Luarca, a través de Cadasa. Y, además, hay un millón de euros más para ejecutar inversiones como parte del nuevo contrato del servicio de agua, que está en fase previa a la licitación», detalla el alcalde. Actualmente, es Aqualia quien se encarga del servicio, con contrato prorrogado.
«En febrero de 2022, en el gobierno local dijimos que había que acabar con el contrato de Aqualia en 2023 y sacar uno nuevo. El PP dijo que no era necesario, que nos precipitábamos. Sus actos y sus votos no coinciden. Parece que han descubierto este asunto del agua hace quince días, mientras el gobierno local lleva trabajando más de tres años en ello», incide Pérez.
Junto a los diputados regionales José Manuel Felgueres y Salvador Méndez, la portavoz popular valdesana criticó al gobierno local por «inacción, falta de previsión y la absoluta irresponsabilidad». Una irresponsabilidad que, el alcalde, asciende a «absoluta temeridad» en el caso de los representantes públicos del PP, «que no están pensando en las consecuencias que pueden tener para diferentes sectores económicos de la villa, como las múltiples industrias agroalimentarias», sus augurios.
«Sin haber hablado con Sanidad, ni con técnicos municipales, que vengan varios diputados a hablar de algo que no saben, es puro teatro. Muy divertido, pero luego está la realidad. El problema ya tiene muy cerca una solución y no es gracias a ellos», asevera Pérez.
Por su parte, el PP dice tener «los informes de las inspecciones sanitarias y los análisis revelan una mala calidad del agua». «Entre 2020 y 2024, el 57% de las analíticas indican que el agua es apta, pero presenta no conformidades, y más del 60% refleja una mala cloración», precisan.
«Si el contrato con la antigua Tedesa, ahora Aqualia, está prorrogado y caducó hace casi dos años, no es culpa de los vecinos, sino de la incompetencia del equipo de Gobierno que no fue capaz de sacar en plazo el nuevo contrato. Exigimos menos excusas y más soluciones para que los vecinos de Valdés puedan disfrutar de un servicio de agua a domicilio de calidad», apunta el diputado José Manuel Felgueres.